domingo, 2 de enero de 2011

Raúl Correa & Familia, Parque Arauco

Hoy decidimos utilizar un cupón que teníamos dando vueltas hace mucho tiempo en Raúl Correa & Familia del Parque Arauco. No habíamos ido antes, pero conocíamos el local de Avenida Las Condes.
Nos arriesgamos llendo a las 13:00 hrs., pues es por orden de llegada los domingos, pero nos encontramos con la agradable sorpresa que no tuvimos que esperar por una mesa. Después de sentados, no nos dieron mucha bola, incluso Alex llegó a preguntarse si nos habíamos vuelto invisibles.
Después de revisar las cartas decidimos pedir el maridaje. Nuestra experiencia con esta opción en el otro local es que representa un buen valor por el dinero ($11.900 por persona), sin quitar algunos peros, como tener que insistir por el vino que corresponde para cada plato, ya que es común que: ó se olvidan de traer la copa que corresponde, ó bien, traen una copa de otra cepa que lo sugerido en la carta.
No fue distinto en este local; después de pedir el menú completo, nos trajeron pisco sour de aceptable calidad. En seguida, cebiche de reineta, que estaba bastante bueno, con una copa de Sauvignos Blanc Doña Dominga, nada especial, pero a la temperatura correcta.
Luego, vino la sopa de cebolla, bastante destacable, muy caliente como debe ser, pero, ya tuvimos que insistir por la siguiente copa de vino, que nunca llegó. Lo que tampoco llegó, fue el sorbete de limón, para "limpiar el paladar" entre plato y plato.
Junto con el plato de fondo -plateada con puré de garbanzos, apenas tibio; y crêpe de verduras con salsa al pesto, también tibio, pero ambos ricos-, después de insistir, llegó el vino, por supuesto, no de la cepa correcta, pero un carmenere Viu Manent, que no dejaba nada que desear.

Finalmente, el postre simplemente un desastre: un café muy cargado, y el otro, más agüado que melón de invierno; un pie de limón que tenía todo que envidiar al del Supermercado Líder -ya que estoy segura que ponen ALGO de limón natural en ese (según Alex tenía sabor a desengrasante Glassex esencia limón)-, y un "tronco de chocolate" -un fracasado intento de brazo de reina versión chocolate- tan seco que galletas de chuño añejas parecen tiramisú al lado de él.
Veredicto: no un éxito total, y por lo general las mismas falencias que en Av. Las Condes, por lo que recomendamos este último, ya que es más bonito y nunca tuvimos un problema con el postre.

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